12 jun 2008

relato combi 2 Inta de Castelar




COMBI 2… El regreso al tope del Podio

Un domingo de excelente clima nos esperaba en el INTA de Castelar para una nueva etapa del Combi 2 que organiza tan prolija y eficientemente Luis Migueles hace ya varios años.
Era mi debut en esta modalidad de carrera, que propone dar 5 vueltas a un circuito de bosque muy cerrado y trabado de 4.5 km de distancia, en parejas. La primera de esas vueltas se realiza a pie, para luego tomar una bicicleta en una zona de transición a tal propósito y continuar uno del equipo sobre la bici y el otro sigue la marcha corriendo. Asi al llegar la vuelta 3, se invierten los roles en la misma zona de intercambio, continuando los cambios para las siguientes 2 vueltas. De esta manera, ambos cubren la misma distancia y realizan esfuerzos parecidos.
Como uno de los corredores realiza dos vueltas a pie, o sea 9 kilómetros, al principio y siendo el otro el último en correr un tramo corto pero más intenso y tal vez, rematar la carrera, pensamos la estrategia basados en mi mejor rendimiento para tramos de resistencia mas que en la velocidad, reservando a Lucas, mi compañero de carrera para el tramo que requería mayor velocidad y tal vez tuviera que definir algún puesto en ese último tramo.
Largamos de manera bastante puntual. Las 55 parejas estaban todas dispuestas debajo de un arco bien ubicado, con el reloj de la carrera en la cuenta regresiva. Pablo y Gigi, alumnos míos del Grupo F de Entrenamientos Combinados estaban un poco más atrás. Lucas y yo, en primera fila, nos largamos a correr ni bien el reloj marcó el cero. Lucas tomó la delantera de toda la carrera, mientras que yo, me ubicaba dentro del pelotón, aguardando sentirme cómodo en mi ritmo, el que debía marcar por el doble de la distancia que la mitad de todos los corredores. Ocurrió eso. Sintiéndome cómodo, comencé a rebasar a todos los entusiastas corredores que, habiendo largado más fuerte de lo que debían, comenzaban a mermar en su rendimiento. Mantuve ese paso hasta ubicarme detrás de quien ya me indicaba que sería un puesto de vanguardia: Lucas Bylos. Promediando el primer tercio de carrera, ya estábamos corriendo juntos mi compañero Lucas Casas y yo, levemente detrás de las parejas que encabezaban la carrera. Al emerger del bosque rumbo a la primera transición, nos enteramos que estábamos en tercer puesto.
Lucas sube sobre su bici, yo continuo mi marcha, un poco más lento para buscar algo de recuperación, pues me sentía un poco exigido fruto de perseguir a otros corredores buscando marcar ya una posición de presión y presencia.
Una vez repuesto y sintiéndome realmente bien, entramos nuevamente al bosque al ritmo de competencia feroz. Lucas detrás de mí fue fundamental, pues sentía constantemente el apoyo de mi compañero, la ayuda que era solo una conversación, era oír la bici golpeando contra los innumerables obstáculos que el bosque tenía para detener la marcha veloz de las dos ruedas. Logro darle alcance a Bylos, quien marchaba en solitario en segundo puesto, padeciendo una lesión en sus rodillas de su última carrera. Su compañero lo aguardaba en la entrada de la zona de transición, accionar no legal para el reglamento de la carrera, que establece la obligatoriedad de rodar con un máximo de 50 metros de separación. Una vez tomada la segunda posición, queríamos ir a la cacería del primer puesto, pero no había novedades al respecto de ellos. Al llegar a la zona de cambio de roles, con mucho alivio subí a mi bici para reponerme y acompañar a Lucas en su tramo de veloz corrida.
Iniciamos la tercera vuelta, sabiendo que era la vuelta de los corredores más veloces de casi todos los equipos de caballeros, por lo que esperábamos novedades respecto de quien lograba mejor parcial. Lucas, pese a estar corriendo muy fuerte, no superaba la velocidad del integrante que ahora estaba tercero, tomando ellos en el medio de la vuelta nuevamente su segundo puesto. Gracias a la poca pericia del circunstancial ciclista del equipo que iba en primer puesto, logramos recortar las distancias, emergiendo del bosque, otra vez en tercer puesto, pero esta vez las tres posiciones a muy pocos segundos unos de otros. Transición muy rápida y a correr nuevamente yo contra mis mismos rivales de hace unos escasos 12 o 13 minutos atrás.
Lucas, siempre atrás mío con su empuje, seguía mis pasos en las curvas y contra curvas, en los saltos sobre las ramas y raíces, en mis entradas y salidas de los pozos. Todos corriendo muy juntos, nuevamente recuperaba el segundo puesto, pero esta vez corría muy cerca detrás de los primeros, sabiendo que debía ganar todo el tiempo posible sobre los terceros y no perder de vista a los primeros para que Lucas pudiera darles cacería en la última vuelta. Sostuve mi paso y por unos minutos, al tener que sobrepasar a unos rezagados, elegí correctamente el lugar de sobrepaso y tomé la delantera. El corredor, quien también corría en solitario, recuperó el liderato transitorio y de a poco empecé a perderlo de vista dentro de los pasillos de arbustos y árboles. Hacia el último kilómetro de mi recorrido, un fotógrafo me da una excelente noticia. Me dice: “dale que rompieron la bici”. Mi emoción hizo que aumentara el paso y lograra darles alcance. Ambos integrantes marchaban a pie, con la bici en una de sus manos. Debíamos seguir con cuidado para no perder nada de tiempo y aprovechar esa distancia lograda. Última transición, Lucas a correr y el capitulo final.
Lucas volaba. Su respiración marcaba el ritmo que llevaba. Yo lo seguía, lo copiaba. Me demoraba unos segundos por los rezagados y rápidamente lo alcanzaba. Le daba aliento, miraba hacia atrás y no había novedades de los perseguidores. Toda la vuelta fue una fiesta, en la que dejábamos todo nuestro esfuerzo, en la que capitalizábamos todo lo hecho bien, las energía racionadas, la bici bien tratada, el haber pedaleado y corrido todos los tramos juntos, el habernos hidratado y el haber hecho una carrera progresiva en todos los sentidos: cada vuelta corrimos mejor, cada vuelta estuvimos mejor ubicados y cada vez disfrutábamos más la cercanía a la meta. Finalmente aparece Luis Migueles, organizador de la carrera dentro del bosque sobre la bici de mi amigo Hugo y nos dice que ya estábamos casi llegando, que el nos acompañaba. Luego se adelantó para recibirnos en el arco de llegada.
Salimos del bosque, mirábamos atrás y sólo aparecían rezagados. Y Lucas corrió, y yo lo seguí y cuando Luis nos indica hacia donde correr le digo a Lucas: “Dalé, ganamos!” y su marcha se duplicó, y voló hacia un arco de llegada que nos decía que éramos los primeros, los ganadores absolutos del Combi 2 de ese día!!!
Gracias Lucas, fue un lujo correr con vos. Nunca una palabra de más, nunca un inconveniente. Sos un gran corredor y un gran compañero.
Gracias por el aliento, por la fotos de los amigos que estaban afuera. Gracias por los excelentes premios que la organización brinda y que son fundamentales para seguir creyendo en correr carreras como esta, una excelente carrera para hacer y disfrutar.
Gracias a los que nos apoyan, a Tracción.com.ar, a Milenium Bikes, Veloz Indumentaria Deportiva, a Nature Valley.
Parafraseando a Cerati… ¡¡GRACIAS TOTALES!!

Fede Rodríguez
Grupo F
www.elprofefede.com.ar